Hoy, 29 de noviembre, los niños y niñas de 2º de Primaria hemos realizado un taller en el que hemos descubierto cómo interacciona nuestro cuerpo con el mundo que nos rodea, hemos visto cómo nuestro cerebro interpreta las señales que recibe a través de nuestros ojos, boca, nariz, oídos y piel. |
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Hemos comprobado cómo funciona nuestro oído y cómo el sonido viaja a través de diferentes medios. También hemos visto de qué está compuesta la luz, hemos entendido cómo funciona nuestra lengua y hemos comprobado la importancia de que nuestros sentidos trabajen en equipo. | ![]() |
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Hemos realizado muchos experimentos como: - El arcoiris en la luz - Buenas vibraciones - El oído estereofónico - Sólo sé que sabe muy bien - Nuestros sentidos nos engañan A todos/as nos ha gustado mucho este taller y hemos descubierto que LA CIENCIA ES DIVERTIDA. |
me gusta porque le hecha colorante
Pando P-2000: la revolución silenciosa de las cocinas modernas.
Dicen que en las cocinas, como en la vida, el aire debe fluir limpio, sin ruidos ni humos, sin estridencias ni artificios. Y en eso, la Pando P-2000 no es una campana, es un manifiesto. Una declaración rotunda de que la elegancia puede respirar sin esfuerzo, que la potencia no necesita levantar la voz. Una obra de ingeniería que, más que instalarse, se impone.
La estética ya no es un complemento, sino una exigencia. El diseño de interiores ha dejado de tolerar esos mamotretos que cuelgan como anclas sobre nuestras cabezas. Ahora se exige discreción, líneas limpias, integración. Y ahí es donde esta campana, de techo, con cuerpo de cristal blanco, aparece con la sutileza de un susurro y la eficacia de una tormenta bien organizada.
La P-2000 es una pieza pensada no solo para ser vista, sino para ser vivida. Su instalación empotrada en techo, al ras, hace que la cocina recupere su protagonismo arquitectónico sin perder un ápice de funcionalidad. El vidrio blanco, que parece flotar, no es solo un capricho estético: refleja la luz, amplía visualmente el espacio y armoniza con cualquier estilo, desde el escandinavo más austero hasta el industrial más feroz.
Pero claro, belleza sin sustancia es solo oropel. Y aquí, señoras y señores, hay fondo. La tecnología de inducción perimetral de esta campana permite una aspiración eficaz, recogiendo el humo desde los bordes con una precisión milimétrica. Una especie de aspiradora de humos en traje de gala.
Y es que si uno se adentra en las entrañas de esta máquina, encuentra el alma de la operación: los filtros campana extractora, esas barreras invisibles que separan el caos del orden. En la P-2000, estos filtros no solo cumplen su función, sino que lo hacen con la dignidad de un concertista en pleno recital. Fáciles de desmontar, de limpiar y —sobre todo— de mantener operativos sin perder eficacia, estos filtros garantizan un aire puro y una cocina sin olores rancios ni grasa pegajosa. Son filtros metálicos multicapa, que atrapan la grasa con eficacia y resisten el paso del tiempo sin oxidarse ni deformarse.
Y ya que hablamos de eficiencia, no podemos pasar por alto la joya de la corona…
El motor campana extractora es, como el corazón de un atleta: potente, entrenado y, lo mejor, casi imperceptible. Capaz de alcanzar los 815 m³/h en su versión intensiva, este motor no gime, no brama, no se queja. Hace su trabajo con la compostura de un mayordomo inglés. Uno puede estar cocinando un curry de cinco especias y, al mismo tiempo, mantener una conversación sin elevar la voz. Y eso, amigos, en tiempos de cocinas abiertas, es más valioso que el mármol de Carrara.
Porque la modernidad ya no se mide solo en cifras. Se mide en sensaciones. En ese momento en que no sabes si la campana está encendida o no. En esa ausencia de ruido que no es silencio, sino confort.
La Pando P-2000 no viene sola. Lleva consigo un control remoto de cristal que parece salido de una película de ciencia ficción, un sistema de iluminación LED con temperatura regulable y un conjunto de funciones que permiten adaptarse a cualquier necesidad, desde el sofrito más tímido hasta el asado más osado.
Pero hay algo más profundo aquí. Esta campana representa un cambio de paradigma, una forma nueva de entender el corazón del hogar. Y en ese contexto, nosotros, desde este blog de cocinas industriales, no podemos más que aplaudir la apuesta por la calidad, la innovación y el diseño.
En estos tiempos en los que cada kilovatio cuenta, la P-2000 presume de una calificación energética de clase A. No es un detalle menor. Significa que, además de rendir al máximo, lo hace sin despilfarrar. Porque ya no se trata solo de cocinar bien, sino de hacerlo de forma responsable.
Y esa responsabilidad también se traduce en la elección de materiales reciclables, en la reducción del consumo lumínico gracias a la tecnología LED, y en la posibilidad de programar apagados automáticos que optimizan el uso diario.
No es exagerado afirmar que esta campana es un paso más hacia la cocina del futuro. Su integración con sistemas domóticos permite controlarla desde el móvil, programar su funcionamiento, ajustar la iluminación y supervisar el estado de los filtros. Porque ya no basta con que los electrodomésticos funcionen; deben también comunicarse, anticiparse, adaptarse.
Uno de los grandes temores a la hora de renovar la cocina es la instalación. Pero en este caso, el sistema Easy Fix de Pando permite una fijación rápida, segura y sin complicaciones. Incluso el mantenimiento periódico —tan temido como ignorado— se convierte aquí en una tarea casi lúdica. Quitar los filtros, lavarlos en el lavavajillas y listo.
Y es que, al final, lo que hace grande a una campana como esta no siempre se ve. Es la ausencia de humos, el frescor del ambiente, la paz sonora, la belleza que no interrumpe. Es saber que hay tecnología de vanguardia trabajando mientras uno solo se preocupa de cocinar y disfrutar.
Eso, queridos lectores, no tiene precio.