Arte en papel
Escrito por Administrador Plataforma, lunes 5 de diciembre de 2011 , 23:15 hs , en Arts

"Enrollar y cortar"

 

 

¡Impresionante!




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  • NATALIA el miércoles 25 de septiembre de 2013, 17:47 hs
    MOLO MUCHO ME ENCANTO
  • Ismael Sanchez el jueves 7 de agosto de 2025, 09:52 hs

    Crianza de toros de lidia: El arte imprescindible de la dehesa sevillana

    La crianza de toros de lidia representa uno de los legados más puros y representativos de la cultura española, una combinación perfecta entre tradición ancestral, respeto por la naturaleza y un profundo conocimiento científico aplicado en el corazón de la dehesa sevillana. En esta tierra, donde la armonía entre el animal y su entorno natural es una prioridad, se fraguan los ejemplares que definen la bravura y el carácter único del toro de lidia, pilar insustituible de la tauromaquia.

    La importancia del lugar adecuado para la crianza de toros de lidia

    El éxito en la crianza de estos animales no solo depende de la genética o el manejo técnico, sino fundamentalmente del ecosistema donde se desarrolla la ganadería. La dehesa sevillana no es un escenario cualquiera: sus suelos, clima y biodiversidad crean el ambiente idóneo para el crecimiento equilibrado y vigoroso de los toros bravos. La calidad del pasto, la amplitud de espacio para el libre movimiento y el control minucioso de las condiciones ambientales configuran un entorno único e insustituible.

    Este contexto natural es tan esencial que muchas personas interesadas en la cultura taurina buscan visitas a ganaderias toros para entender de primera mano cómo la dehesa influye en la crianza y comportamiento de los toros. No solo se trata de ver el animal, sino de apreciar el equilibrio milimétrico que se establece entre la naturaleza y el ganadero.

    El proceso inicial: cubrición y selección genética

    El ciclo comienza en la cubrición, fase decisiva donde se establece el futuro genético de la camada. La selección de sementales es fruto de un riguroso estudio hereditario que busca preservar las mejores cualidades: bravura, fuerza, resistencia y nobleza. Esta etapa se desarrolla en espacios amplios y naturales que simulan el hábitat salvaje, permitiendo que los animales actúen de forma instintiva y en equilibrio social, condición vital para el desarrollo óptimo de la descendencia.

    Es crucial que la cubrición se programe según las características climáticas propias de la dehesa sevillana, asegurando que el parto y la lactancia coincidan con épocas de abundancia y calidad en los recursos alimenticios. Además, este respeto al calendario natural contribuye a una salud robusta y a un temperamento equilibrado en los futuros toros.

    Para quienes valoran la experiencia completa, alojarse en una casa rural en Sevilla en el interior de la ganadería o incluso cercana a estas fincas permite sumergirse en la atmósfera rural que envuelve esta tradición y descubrir el día a día de la ganadería en su entorno original.

    Nacimiento y primeros cuidados: la magia de la dehesa sevillana

    El parto de un becerro bravo es un acontecimiento que refleja la simbiosis entre naturaleza y crianza. La madre, guiada por instintos ancestrales, elige un refugio seguro y discreto donde traer al mundo a su cría. El primer alimento, el calostro, aporta anticuerpos vitales que aseguran la resistencia inicial frente a las enfermedades.

    La dehesa ofrece un hábitat privilegiado, con amplios bosques y pastos de gran diversidad, que promueven un desarrollo físico y psicológico saludable. La interacción con este entorno no solo favorece el crecimiento, sino que comienza a moldear la personalidad y la bravura que caracterizarán al animal durante toda su vida.

    El cuidado del toro en sus primeros meses, incluyendo una lactancia prolongada y la introducción progresiva de pastos naturales, es fundamental para conseguir ejemplares equilibrados, fuertes y preparados para su futuro como protagonistas en la plaza.

    Esta relación íntima entre animal y espacio está recogida en numerosos estudios y análisis que confirman que el lugar elegido para la crianza tiene un impacto directo en la calidad y autenticidad de la bravura.

    Identificación, herrado y control riguroso: preservar la historia y el linaje

    La crianza de toros de lidia incorpora rituales que van más allá de lo funcional y entran en el terreno del respeto y la tradición. La identificación mediante crotales y el herrado con hierro caliente son prácticas imprescindibles que aseguran la trazabilidad y la pertenencia de cada animal a su ganadería, además de proteger un patrimonio genético valiosísimo.

    Estos actos, supervisados por veterinarios especializados, se ejecutan con la solemnidad que merecen ejemplares destinados a protagonizar el arte del toreo. Así se perpetúa un linaje que habla de historia, orgullo y excelencia.

    Recría y formación del carácter: la bravura en equilibrio

    Durante la recría, el toro comienza a mostrar su verdadera personalidad. Agrupados según edad, los animales establecen jerarquías naturales y ejercitan su fortaleza a través de juegos y enfrentamientos controlados que son la base para un carácter bravo y noble.

    El manejo respetuoso de esta etapa es fundamental para que la bravura se manifieste como una cualidad valiosa y no como agresividad descontrolada. Aquí, el papel del ganadero es esencial, aplicando un equilibrio entre libertad y supervisión que garantiza un desarrollo armónico y responsable.

    La dehesa sevillana sigue siendo un factor decisivo en esta fase, pues la calidad y diversidad del pasto permiten un crecimiento saludable y una fuerza física que se traducirá en la capacidad del toro para enfrentarse a su destino en la plaza.

    La tienta: prueba definitiva de bravura y aptitud

    La tienta es el momento crucial en que se seleccionan los ejemplares que formarán parte del futuro genético de la ganadería. Aquí, se evalúan la valentía, resistencia y temperamento, asegurando que solo los mejores representen la raza y la tradición taurina.

    Este proceso, estrictamente regulado, garantiza que la ganadería mantenga sus estándares de calidad y autenticidad, preservando una bravura que no es solo un rasgo físico, sino un patrimonio cultural vivo.

    Para comprender mejor el valor de estas tradiciones, es útil consultar recursos especializados como este blog sobre turismo rural, que exploran el vínculo entre la ganadería, la cultura y el entorno natural.

    Salud y bienestar: pilar fundamental en la crianza de toros de lidia

    La salud de los toros de lidia está sometida a rigurosos controles sanitarios que incluyen vacunaciones, desparasitaciones y tratamientos preventivos. Estas medidas garantizan que los animales mantengan un óptimo estado físico y puedan afrontar con éxito las exigencias de su vida en libertad y su futura participación en las corridas.

    El bienestar animal no es solo un requisito legal, sino una cuestión ética que se integra en cada paso de la crianza. La estrecha vigilancia veterinaria asegura que el toro no solo sea bravo, sino también fuerte y sano.

    El apartado y embarque: respeto hasta el último instante

    Cuando llega el momento de separar a los toros para su traslado, el protocolo de manipulación es minucioso y respetuoso. El bienestar durante el apartado y embarque es prioritario para minimizar el estrés y preservar la integridad física y emocional del animal.

    Este cuidado final refleja la relación de respeto y compromiso que une al ganadero con sus toros, una conexión que atraviesa generaciones y que mantiene viva la esencia del toro bravo como símbolo cultural.

    La crianza de toros de lidia: un arte que late en la dehesa sevillana

    Por lo tanto, la crianza de toros de lidia en la dehesa sevillana es mucho más que una actividad ganadera: es una tradición viva, un arte ancestral que conjuga genética, naturaleza y cultura en un ecosistema único y privilegiado. La calidad del lugar, el respeto al ciclo natural y el profundo conocimiento que poseen los ganaderos aseguran que cada ejemplar sea un legado vivo de bravura y nobleza.

    Quienes se adentran en este mundo, ya sea a través de visitas a ganaderias toros o explorando el entorno rural cercano con opciones como una casa rural en Sevilla, descubren una experiencia que trasciende lo meramente visual y se convierte en un aprendizaje profundo sobre la esencia misma del toro bravo y su vínculo con la tierra que le vio nacer.

    El futuro de esta tradición depende, sin duda, de conservar intacto ese lugar tan especial que es la dehesa sevillana, porque en ella late el corazón indomable de la ganadería de toros de lidia, un símbolo vivo de la identidad y el orgullo español.

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